martes, 18 de marzo de 2014

JUNTAR Y ACARREAR LEÑA NO ERA UNA TAREA FÁCIL

La Leña

Para cocinar y poder alimentarse en el campo, había que tener leña para hacer fuego y como no se puede echar en el fogón la madera con que está hecha la casa, había que salir a buscarla por todo el terreno o propiedad y a veces había que traerla desde bien lejos o de escarpados lugares donde había matorrales secos o arbustos o pesados troncos de árboles viejos. Había que buscar, cortar, acarrear y después trocear; no era una tarea fácil; todo esto se hacía a pleno sol y había que ayudarse con sierras y serruchos o con hachas o combo y cuñas que te ayudaban a abrir la grieta de los troncos y así rajarlos, abrirlos a lo largo, para luego dejarlos del tamaño de los hornos o del fogón de la cocina, de 30 o 40 centímetros más o menos.
Para mí, esto también era una tarea entretenida, pues los troncos escondían sus secretos. En un principio no entendía porque las gallinas se acercaban cuando había que partir leña, en un principio pensaba que ellas se comían los trocitos pequeños de corteza o astillas...pero cuando miré con detenimiento qué era lo que comían, me di cuenta que eran pequeños bichos caminantes como los gorgojos, larvas de variados tamaños, termitas, gusanos, polillas, huevos de insectos que estaban insertos en las grietas y pequeñas cavernas hechas en el tronco por ellos mismos...entonces le puse mucha más atención a esta acción de cortar leña y así fue como me encontré en sus laberintos a seres de una variedad infinita, unos mórbidos gusanos de boca muy poderosa y de cuerpo anillado y blando, con patas ásperas y de mal sabor, porque mi curiosidad también me llevó a probarlos. Había otros que de solo mirarlos ya no los quería ni tocar, pues tenían el cuerpo rugoso o puntiagudo como el de las orugas o cuncunas que te provocan escozor, como las ortigas. Pero no solo me encontré con bichos en su etapa de metamorfosis pues también me encontré a unos insectos bien formados dentro de un capullo como esperando madurar o que se endurecieran sus alas para salir a volar...por supuesto que éstos no se los dejé a las gallinas sino que los puse a resguardo hasta que completaran su crecimiento y así darles la oportunidad de que conocieran este maravilloso planeta que se llama Tierra.

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